Oviedo

Oviedo

La ciudad de Oviedo, capital del Principado de Asturias, es una moderna urbe con el tamaño adecuado para vivir sin los sobresaltos de la gran ciudad, con distancias asequibles, buena oferta,… Sin duda para los que venimos del sur lo que más nos llama la atención es su limpieza, seguramente la abundante lluvia ayuda.

Esta ciudad es muy manejable, en nuestra primera caminata partimos de la Plaza de América hacia el este llegando a la gran zona verde de esta ciudad, Campo de San Francisco, un parque con grandes árboles y donde encontramos algunas estatuas curiosas: Mafalda, el Monumento a Leopoldo Alas Clarin,… si salimos por el oeste veremos una escultura de Botero dedicada a la Maternidad, si giramos al norte el famoso Teatro de Campoamor, centro cultural de la ciudad y de Asturias, y un poco más allá la estatua de Woody Allen. Continuando hacia el este llegaremos a la Catedral de Oviedo, en la Plaza Alfonso II el Casto. Estamos en la zona vieja de esta urbe, podemos dedicarnos a callejear disfrutando de calles peatonales y edificios antiguos. Alrededor de esta zona hay bares y restaurantes donde probar una sidra bien tirada y algunas tapas gratis, como un bollo preñao, (pan con un chorizo dentro).

Por la tarde nos acercamos al Palacio de Congresos Exposiciones de Oviedo, obra del arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Es uno de los edificios más singulares de Oviedo y se erige en la conocida como parcela de Buenavista, en lo que fueron los terrenos del antiguo estadio de fútbol Carlos Tartiere. Continuamos hacía el este y al llegar a la Biblioteca Municipal Villa Magdalena seguimos hacía el norte por la Avda de Santander, estamos en una zona moderna de la ciudad con edificios de más de seis plantas, siguiendo por esta avenida llegamos a la estación de tren, si cruzamos hacía el norte subiremos hasta un parque con vistas de la ciudad y donde se encuentra la Iglesia de San Pedro de los Arcos, edificio neorománico. Junto a este templo se encontraba una fosa común de víctimas de la represión franquista con 1040 cuerpos que fueron trasladados al Valle De Cuelgamuros. Volvemos de nuevo sobre nuestros pasos y frente al Hotel AC hay unas calles, (C/ Nueve de Mayo), que nos recomendaron para tapear y cenar, lo cierto es que volvimos otra noche.

Al día siguiente antes de dirigimos a ver los pueblos de la costa, subimos a disfrutar de templos románicos de los que puede presumir esta ciudad: las iglesias románicas de San Miguel de Lillo y Sta María del Naranco. Visitamos Llanes, Ribadesella, Luarca en cuyo cementerio está la tumba de Severo Ochoa, Cudillero,…y terminamos en Gijón. No podría decir cual fue la villa que más me gusto, todas tenían el encanto de una población que aprovecha el cauce de un rio para salir al mar, con sus calles empinadas y las casas como apretadas en las laderas de la montaña, al final un pequeño puerto pesquero protegido por grandes muelles frente al agitado mar Cantábrico. Ribadeo en el camino hacia Ferrol

Y no podía faltar dedicar un día a subir a alguna población de la cordillera astur, los Picos de Europa. Elegimos ir a Teverga, siguiendo el valle del rio Páramo, con gran vegetación y distintas rutas de senderismo a pie o en bicicleta, entre ellas la Ruta del Oso y el recorrido por las vías del antiguo tren minero. Llegamos a Teverga tras más de una hora de subida por una sinuosa carretera que corre junto al rio Páramo. Un poco más arriba en La Plaza, concejo de Teverga, paramos a visitar la Colegiata de San Pedro, pequeña iglesia prerománica del S.XI que destaca por los arcos que salpican su nave y los capiteles decorados con relieves animales, pero si es famosa es por las momias que se encuentran en ella, sobre cuya historia podéis preguntar a la guía.