Jerez de la Frontera
La provincia de Cádiz puede presumir de muchas cosas y una de ellas es la ciudad de Jerez de la Frontera, casi en su centro geográfico es la cuna del vino fino, tiene además una gran tradición ecuestre que se le reconoce con la sede de la Real Escuela Andaluza de Arte Equestre. Su casco histórico rodea el Alcázar de Jerez, una fortaleza árabe del siglo XI, conviviendo en sus calles los monumentos de la edad media, Iglesias y Castillo, junto con edificios de principios del siglo XX de clara ascendencia británica, amén de las bodegas. Pasear por el centro de la ciudad es un auténtico placer.
Si nos acercamos en coche disfrutaremos de los campos de viñedos que rodean la ciudad. Lo ideal es aparcar lo más cerca posible del centro, hay dos o tres parking nosotros aparcamos en el que está situado junto al Alcázar. Desde ahí iniciamos nuestra visita, en primer lugar el mismo monumento defensivo, con sus torres y murallas, rodeado de un parque con naranjos, cerca se encuentra la catedral de la ciudad.
Desde al Alcázar seguiremos hacía el noreste hasta llegar a la famosa Plaza del Arenal, el centro de la ciudad, en ella sorprende la estatua ecuestre de Primo de Ribera, dictador español de principios del S. XX. En esta plaza encontramos numerosos establecimientos hosteleros. Si observamos el norte de la plaza podemos ver un pasadizo en el edificio, si nos adentramos en él estaremos en un entorno sombreado con varios restaurantes, entre ellos “El Juanito”. Llegamos a la calle Letrados girando a la derecha y callejeando aparece la Plaza de la Asunción donde encontramos el antiguo Ayuntamiento, y la Real Iglesia de San Dionisio, sorprendentemente todas las veces que hemos visitado esta plaza siempre ha habido una boda.
Seguiremos hacía el norte callejeando hasta llegar a la Plaza de Rafael Rivero, seguimos hacia el este desembarcando en una avenida arbolada, Calle Marqués de Casa-Domecq, con el monumento a las hermandades… A la derecha veremos el Real Convento de Santo Domingo, el Palacio Domecq y cerca una pequeña imagen en honor a la Virgen del Rocio. Volveremos hacía la Plaza del Arenal utilizando la Calle Larga que en su tramo final es peatonal.
Nos toparemos con el reloj de Domecq, y cruzando la calle llegamos a la Plaza Esteve donde se encuentra el mercado central de Abastos, merece la pena darse una vuelta para ver sus productos. Rodeando el mercado llegamos a la Iglesia Conventual de San Francisco con una portada enmarcada por columnas dobles, si entras observaras un bonito altar mayor de madera labrada.
Seguimos por la calle Corredera hasta llegar a la Plaza las Angustias, a lo largo de la caminata seguro que encontramos algún establecimiento típico de esta ciudad, los tabancos, son tabernas que permiten la inmersión en la cultura disfrutando de las muchas delicias culinarias que ofrece la ciudad.
Desde allí subiremos hasta la Iglesia de San Miguel, de estilo renacentista, con una fachada gótica y su alto campanario que se ve desde el centro de la ciudad. Desde este lugar podemos volver a la Plaza del Arenal para tomar algún refresco y sentarnos tras la caminata.
No debemos dejar de concertar una visita a una bodega, mejor hacerlo a través de internet, y saborear sus mundialmente conocidos vinos: fino, oloroso, amontillado, pedro Ximenez,… y para comer un rabo de toro, arroz con tagarninas, ajo campero, puchero, pescado frito,….
La Feria del Caballo es en el mes de mayo, tras la de Sevilla. Es una feria distinta que merece la pena disfrutar. Otras fechas destacadas son las de las Zambombas, en el mes de diciembre, y en la actualidad el Gran Premio de Jerez de motos.