Girona o Gerona capital de la provincia catalana del mismo nombre, la conocida como ciudad de los cuatro ríos, los más importantes el Ter y el Onyar. Esta población tiene una historia importante, con vestigios iberos, romanos, cristianos y judíos, los musulmanes tan solo la ocuparon durante un periodo de setenta años, por lo que apenas hay vestigios. Para visitarla nos centraremos en la ciudad vieja donde también se encuentra el barrio judío, el rio Onyar la separa de la ciudad nueva.
Para visitarla nos bastará con un día, ya que nos centraremos en la ciudad vieja, donde se encuentran sus principales monumentos. Comenzamos nuestra visita entrando en la ciudad vieja por el puente de Sant Feliú, y llegando a la plaza del mismo nombre donde encontramos una columna con una leona subida denominada Cul de San Feliu, tocar su culo da suerte aunque actualmente está prohibido, en frente se encuentra la fachada central de la Basílica de San Feliu. Este templo se puede visitar pero pagando. La fachada principal es barroca, pero se trata de un monumento gótico, bóvedas elevadas y amplia nave central. A destacar los ocho sarcófagos tardorromanos que se pueden ver en las paredes del presbiterio y la capilla de Sant Narcís. Un campanario gótico de grandes dimensiones y torres defensivas adosadas.
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Siguiendo hacia el norte encontramos en la Calle del Pou Rodó donde destaca una escultura de un pie de gran dimensión, la Pisada de Sant Narcís, y en las paredes aparecen esculturas de moscas adosadas, la leyenda dice “En 1285, durante el asedio a Gerona de las tropas de Felipe III de Francia, del sepulcro de San Narciso surgieron una multitud de moscas que atacaron a los soldados franceses que pretendían profanar su tumba y los hicieron huir, salvando a la ciudad del dominio extranjero”. No es de extrañar que en la ciudad aparezcan esculturas de moscas y que incluso en algunas pastelerías vendan moscas de chocolate.
Continuamos por la Calle del Pou Rodó y después por el del Rio Galligans, pasando por la Capilla de San Nicolás de Gerona, seguiremos por la Calle de Santa Lucia, con el Monasterio de San Pedro de Galligants a la derecha, Iglesia y monasterio medieval convertidos hoy en un museo arqueológico. Atravesamos al antigua muralla de la ciudad, cruzamos el rio Galligans, actualmente sin agua, nos encontramos con el claustro de la Catedral de Gerona. Ya estamos cerca de la antigua vía principal romana, en la Iglesia barroca de San Lluc, con una curiosa escultura contemporánea de San Lucas sobre su puerta.
Girando hacia el sur pasaremos debajo de un arco que une dos edificios bajo el que se encuentra la Calle de la Força,( Girona tenía una muralla más primitiva construida en el siglo I a.C. por los romanos , y estaba organizada siguiendo el sistema romano; el cardo maximus de norte a sur, que es lo que se conoce hoy en día como calle de la Força), calle principal que recorre la ciudad vieja de norte a sur. Nos encontramos en la Plaza de la Catedral, templo que presenta la curiosidad de tener una sola nave parece ser que por problemas de financiación, la leyenda dice que su arquitecto se suicido porque al estar inacabada pensaba que caería. La catedral de Santa María se encuentra en el punto más alto de la ciudad; y tiene la peculiaridad de poseer la nave gótica más ancha del mundo, con una anchura total de 22,98 metros. En ella se mezclan estilos, comenzó en el siglo XI en estilo románico, siguiendo en el siglo XIII con el gótico,… se terminó en el siglo XVIII. Siguiendo la Calle de la Força entraremos en el barrio judío, que se encuentra a la izquierda, conviene perderse por las estrechas calles de la judería donde veremos algunos vestigios de esta cultura.
Siguiendo de norte a sur entraremos en la Calle de los Ciudadanos que desemboca en la Plaza del Vi, donde se encuentra el Ayuntamiento. Es una plaza muy concurrida delimitada por soportales, donde se encuentran varios establecimientos de restauración, y a la que dan el denominado Palacio del General, edificio gótico-renacentista, el Ayuntamiento y el Teatro Municipal. Paralela a esta calle hacia el oeste se encuentra la Rambla de la Libertad que cambia de nombre hacia el norte denominándose Calle de la Argenteria, desde aquí podemos ver un túnel o pasadizo hacia el oeste que da al Puente de las Pescaderías Viejas, puente de acero sobre el rio Onyar famoso porque es el lugar ideal para hacer una foto de la ciudad hacia el norte, donde se ven las casas coloreadas y la catedral, teniendo el reflejo de ambas en las aguas del rio.
Quedaría caminar por la parte nueva de la ciudad, la que se encuentra al oeste del rio Onyar, donde encontraremos comercios y restaurantes, y en la que podemos destacar la Plaza de la Independencia, también con soportales en los que se suceden las cafeterías y los restaurantes.
Otras poblaciones de la provincia de Gerona
Son muchas las poblaciones y lugares que visitar en esta provincia, no solo en la costa sino también en el interior, acercándonos a los Pirineos. Algunas de las que visitamos fueron:
Peratallada, villa declarada conjunto histórico-artístico y bien cultural de interés nacional, es uno de los núcleos más importantes de Catalunya en cuanto a arquitectura medieval. Se construyó sobre una cantera lo que puede observarse si nos fijamos en la base de las construcciones.
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Pals, una de las villas más pintorescas de la Costa Brava, gracias a un núcleo antiguo de origen gótico que ha recuperado todo el esplendor después de una cuidada y completa restauración.
Tossa de Mar es uno de los pueblos más emblemáticos y fotografiados de la Costa Brava. Uno de los principales motivos que explica el interés que despierta el municipio es su espectacular núcleo medieval fortificado, declarado Monumento Histórico Artístico Nacional. Las vistas desde el castillo son muy agradables. A parte la figura de Ava Gardner parece haberse convertido en un icono de la población, con su estatua de bronce en la subida al castillo.
Calella de Palafrugell, situado en una ubicación privilegiada, en una costa rocosa y rodeada por pequeñas calas de aguas cristalinas. Este antiguo pueblo marinero ha sabido conservar todo su encanto, gracias a mantener en perfecto estado la parte antigua, que se caracteriza por las calles estrechas y las casas de pescadores de fachadas blancas.
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Besalú, destino catalogado como uno de los Conjuntos Histórico Artísticos mejor conservados de Cataluña desde 1966. Nos sorprendió la entrada por su puente, reconstruido varias veces, el casco está muy bien conservado y es una delicia pasear por él, aunque el turismo llega a todos lados y las calles estaban llenas.
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Castellfollit de la Roca, magnífico mirador natural desde el que se pueden contemplar los valles de los ríos Fluvià y Toronell. Lo único que salva al pueblo es la vista desde el mirador.
El casco urbano de Castelló de Ampurias conserva un rico patrimonio arquitectónico aunque podríamos decir que lo destacado es la basílica.
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