Aprovechando la cercanía de la frontera francesa con la provincia de Guipúzcoa decidimos acercarnos a visitarla, en concreto las ciudades de Biarritz y de San Juan de Luz.
Biarritz
Famosa por sus playas y también por sus casinos, esta ciudad es uno de los lugares preferidos por muchos turistas y además si son aficionados a jugar no tendrán problema en hacerlo. Las similitudes con el País Vasco español son bastantes, aunque aquí abundan los edificios de estilo parisino con sus buhardillas. Aparcar no es fácil y lo hicimos en un parking público céntrico. Desde ahí nos dirigimos hacia el oeste, por una empinada calle que nos llevó a las playas y al paseo marítimo, la Grand Plage es la playa más famosa de la ciudad, normalmente repleta de surferos, y en verano de familias que disfrutan de sus aguas. Tomamos un café en el paseo marítimo para disfrutar de las vistas y del mar. En la Grand Plage encontraréis también el Casino de Biarritz, construido en 1929 y declarado Monumento Histórico en 1992. Muy cerca del casino y de la Grand Plage se encuentra también el Hotel Du Palais, del S XIX, ordenado por la mujer de Napoleón III.
Callejeando llegamos al Mercado de la ciudad, muy curioso ver los productos como podréis observar en las imágenes adjuntas, pero sobre todo los quesos y el vino. Alrededor hay terrazas llenas de gente donde tomar un aperitivo acompañando a un buen vino o a una cerveza. En frente se encuentra la Iglesia de San José, la entrada es gratuita y merece la pena visitarla aunque tan solo sea por ver sus características y diferencias respecto a los templos españoles.
Seguro que nos quedó mucho que ver, pero había que aprovechar el día y nos quedaban otras visitas.
San Juan de Luz
La otra ciudad del País Vasco Francés que visitamos fue San Juan de Luz, se trata de una ciudad atlántica semejante a la anterior pero donde lo que se nota es el carácter vasco: casas, calles, tiendas, restaurantes,… También aparcamos en un aparcamiento público, con precios franceses, el nivel de vida se nota en muchas cosas. Nos dirigimos a la playa, para pasear por su paseo marítimo, y lo primero que nos encontramos fue cantidad de bares y restaurantes en las calles que daban acceso a la playa. Tras un pequeño paseo volvimos a callejear llegando a la Plaza de Luis XIV, cerca del puerto, con el ayuntamiento con su ikurriña, y numerosos bares donde tomar unos pinchos. Después seguimos por La Rue Gambetta, típica calle vasca, y nos detuvimos en la Iglesia de San Juan Bautista.