Viena

Viena ciudad imperial

Cuando oímos hablar de la capital de Austria inmediatamente pensamos en la ciudad imperial, la capital del imperio austro-húngaro, una ciudad espléndida que nos ofrece magníficos monumentos y una amplia oferta cultural. Entre las posibilidades que nos ofrece esta ciudad para poder visitar sus monumentos a un coste asequible podemos adquirir el Viena Pass, por más de 80€ un día, pero con el que podemos entrar de forma gratuita a la mayoría de los monumentos, y he de decir que es rentable porque la entrada individual cuesta una media de 20 o 25€ por visita.

Hay que advertir de su alto nivel de vida, con precios superiores a los que tenemos en nuestro país, y como siempre notaremos que la comida que nos ofrecen es poco variada y no demasiado apetecible:

Gulash vienes.

Cerveza vienesa

Plato ‘alpujarreño-vienes’

salchichas, gulach, pollo,….  casi nada de pescado, pero podemos acompañarlo con de una buena cerveza. En más de una ocasión recurrimos a comprar un bocadillo de salchichas y una cerveza, pero ojo el precio será superior a los siete u ocho euros por persona. Si vamos a un restaurante el importe de un plato único junto a la bebida posiblemente sea de más de veinticinco euros por persona. La alternativa a esos platos rudos y contundentes es la comida internacional.

Tarta Sacher.

Seguro que nos habran hablado de la famosa Cafetería Sacher, con la tarta de chocolate del mismo nombre, si vamos habremos de hacer cola, y deberemos pagar 7€ por un café y por una porción de tarta 9€, para mí buen chocolate pero el bizcocho bastante soso. Ojo, revisar la cuenta por si incluye un concepto ‘servicio’.

 

 

Si algo me ha sorprendido al comenzar a pasear por esta ciudad son sus avenidas, amplias y llenas de cables para los tranvías. La luminosidad en las noches es más bien pobre, con esas luces amarillas tan características de las ciudades del centro de Europa.

Plaza Schwarzenberg

Monumento a Johann Strauss

Memorial del Ejército Soviético

Itinerario día 1. Partimos del parque de la Ciudad de Viens, Stadtpark, donde se encuentra el monumento a Johann Straus, algo que ya nos indica la unión de esta villa con la música. Nos dirigimos hacía el sur, pronto encontramos otro conjunto escultórico dedicado esta vez a Beethoven, tras el que se encuentra una casa-museo dedicado a este excepcional músico. Justo enfrente hay un edificio que es una sala de conciertos,  Wiener Konzerthaus (1913), continuamos hacía el sur en una mezcla de edificios antiguos y nuevos, pero sin desentonar, hasta llegar a una fuente de agua detrás de la que se encuentra el  Monumento a los Héroes del Ejército Rojo, con el que se conmemora la ‘liberación’ de la ciudad durante la segunda guerra mundial.

Itinerario día 1. (Cortesía de Google Maps).

Seguimos hacía el sur para encontrarnos con los jardines del Palacio de Belvedere, una copia del Versalles francés aunque marcando las diferencias, en él se encuentran diversos edificios que se pueden visitar en parte ya que están en restauración. Dedicamos una hora para recorrer los jardines, disfrutar de las fuentes e incluso de alguna ardilla que corre o sube a los árboles. Damos la vuelta por el mismo espacio pero en dirección noroeste, salimos del complejo y podemos vislumbrar un magnífico edificio, la Iglesia de San Carlos Borromeo, que podemos visitar gratis. Bordeamos el parque anexo por el norte y llegaremos al gran edificio de la Ópera Estatal de Viena, Wiener Staatsoper, cerca está el que dicen es el mejor quiosco de salchichas de Viena, ojo con el precio. Ahora toca comer, buscamos un restaurante típico, nos han recomendado el Zum  Bettelstudent, un lugar donde hay menús y de ambiente muy agradable, madera y toneles de cerveza. La comida la típica, una cosa curiosa es que algunos platos llevan asociada una pequeña ensalada de lechuga, una sopa caliente y después una especie de sartén con lomo en tacos, patatas y un huevo frito.

Palacio de Belvedere.

Iglesia de San Carlos Borromeo.

Monumento a Beethoven.

Para la sobremesa volvimos a la zona de la Ópera de Viena e hicimos cola en el Café Sacher, preferiblemente hacer la reserva por internet, como siempre había muchos españoles. Después de disfrutar de la tarta Sacher original y de un café todo a precio de oro, nos dedicamos a pasear por las calles y avenidas próximas hasta que llegó la noche y fuimos a cenar, esta vez comida internacional.

Itinerario día 2. 

Itinerario día 2. (Cortesía de Google Maps).

Comenzamos en el mismo lugar que el día anterior, pero esta vez dejamos a la izquierda a Beethoven, subimos hacía el noroeste, encontramos zonas donde los edificios modernos se mezclan con los antiguos, la Casa de la Música. Seguimos callejeando hasta llegar a la Catedral de San Esteban, recomiendo visitarla porque encierra grandes tesoros, a parte de su espectacularidad arquitectónica, a parte de las dos puertas de entrada, su tejado de azulejos y la gran torre de unos 130m, a la que es posible acceder y desde la que disfrutaremos de una vista excepcional de la ciudad.

Iglesia votiva

Parlamento de Austria

Ayuntamiento de Viena.

Hofburg.

Siguiendo hacía el noreste nos encontramos con la Iglesia Católica de San Pedro, del S. XVIII, donde se celebran conciertos de órgano casi diarios. Nuestra siguiente parada es la Iglesia Votiva, construida en el S. XIX en conmemoración del emperador que salió indemne de un intento de magnicidio. La visita es gratuita, merece entrar para ver su espectacularidad. Ahora giraremos hacia el sur, pero antes tomaremos una cerveza en el Restaurante Einstein, típico local austriaco con todo de madera. Tras el descanso seguiremos hacia el sur llegando al edificio del Ayuntamiento, como todo en Viena también espectacular, y ya tendremos a la vista el complejo palaciego de Hofburg donde además de palacios, estatuas, museos, está la famosa Escuela Española de Equitación, para entrar y ver el espectáculo es necesario reservar con antelación. Ver todo el complejo nos llevó casi todo el día, como curiosidad ver el edificio dedicado a la emperatriz Sisi.

Catedral de San Esteban.

Fuente Palacio Belvedere.

Jardines de Belvedere.

Para terminar nos dirigimos al famoso mercado Naschmarkt de Viena, formado por numerosas barracas donde se ofrecen los productos más diversos: quesos, aceitunas, chocolates,… junto con numerosos restaurantes de todos los estilos, desde el tipico vienes a restaurantes internacionales.

La Puerta Suiza del Palacio de los Hasburgo.

Palacio Imperial de Hofburg.

Instituto Cervantes en Viena

Así finalizamos la visita a la ciudad imperial, no olvidéis que es imprescindible asistir a uno o varios de los espectáculos musicales que nos ofrece, el único inconveniente como siempre es el bolsillo, porque a esta capital europea hay que ir con una buena cartera.

Dada su situación podemos aprovechar para acercarnos a ciudades próximas como Bratislava, a una hora en tren, o Budapest a unas tres horas.