Todos los años se repite la misma cantinela, los agricultores de las provincias de Almería y Granada, los horticultores se encuentran con que los precios no remontan, la producción temprana no parece rentable, por lo que comienzan con su protestas y con las reivindicaciones. Los sindicatos agrarios repiten que las causas son la competencia desleal de los productos de los países del norte de África, especialmente Marruecos, que se ven beneficiados por unos acuerdos con la Unión Europea donde el campo del sureste español es el más perjudicado, automáticamente solicitan la no comercialización de las segundas categorías, con objeto de disminuir el volumen de producto en el mercado y así provocar la subida del precio. Este año hay un añadido, el precio de la electricidad y el de los combustibles, que indudablemente influye negativamente en la renta de los agricultores.
Pero es que esto se repite todos los años, y en el momento en el que como consecuencia de la climatología Europa deja de producir, se produce una subida de precios que automáticamente hace que las reivindicaciones desaparezcan. Y creo que los agricultores se equivocan, deben analizar detenidamente cuales son las causas que anualmente provocan esta situación, y deben preparar los mecanismos y las actuaciones que han de llevar a cabo y han de exigir a los gobiernos, especialmente a la UE, para evitar las consecuencias negativas que tiene todo ésto. También deben analizar si se trata de un problema propio, producir demasiado para la época del año en la que nos encontramos, ya sé que en la memoria de muchos de los agricultores está los grandes beneficios conseguidos en algunas campañas, pero creo que la mentalidad de estos empresarios debe cambiar, al menos para muchos de ellos, deben pensar no en dar la campanada sino en analizar los resultados a medio y largo plazo.
Están claros cuales son los problemas, por tanto negociemos y actuemos a lo largo de todo el año, para que en la campaña siguiente no nos vuelvan a acechar.