Edimburgo.

Edimburgo

Esta antigua ciudad situada al sur de Escocia, actualmente su capital, es uno de los destinos que merece la pena visitar. La urbe mantiene edificaciones y peculiaridades que la hacen única, la estructura inicial en torno a una vía principal, la Royal Mile, que nos lleva desde el Castillo situado en una elevación hasta el palacio de Holyrood residencia de los reyes británicos cuando visitan la ciudad. El no haber sido invadida en siglos nos permite disfrutar de un ejemplo de urbanismo con edificios de oscuras fachadas y líneas rectilíneas a iglesias con torres y vidrieras como la catedral. La ciudad se puede dividir en dos partes la Old Town construida en altura en torno a la Royal Mile, y la New Town que se erige al norte detrás de un antiguo valle donde ahora se encuentra el Princess Street Garden y la gran avenida Princess Street, ampliación de la ciudad que siguió una estructura ordenada de calles en cuadrículas.

Plano de la ciudad de Edimburgo.

Si hay algo negativo es su comida, aunque va mejorando con la aparición de restaurantes italianos, asiáticos y cómo no con los de comida rápida. De los platos típicos destaca el haggi, embutido preparado con vísceras de oveja, el típico desayuno con huevos, bacón, judías, salchichas,… y algún que otro pastel de carne, y como no el fish and chips, pescado frito rebozado y patatas.

Desayuno o almuerzo escocés.
Haggi y otros platos.

Para visitarla necesitamos al menos dos días, aunque como siempre es mejor dedicarle más tiempo si queremos disfrutar de todo lo que nos ofrece. Para simplificar la visita lo mejor es contratar un Free Tour, que tan de moda están en todas las ciudades, mejor elegir una hora temprana y dejarse llevar por el/la guía que nos dará información de los lugares de máximo interés y de la historia. A partir de aquí, lo mejor es coger un mapa y trazar los itinerarios de cada día. Itinerario 1. Royal Mile, del Castillo de Edimburgo al Palacio de Holyrood. Nos situaremos en la Catedral de Edimburgo, Royal Mile, templo que merece la pena visitar y que además es gratis. En su interior nos sorprenderán las vidrieras y lo techos, (buscar los gaiteros), aunque hemos de recordar que es de religión presbiteriana, aunque realmente parece una iglesia católica.

La Catedral de Saint Giles.

Royal Mile.

Carlos II. Al lado en el suelo la tumba de John Knox.

Casi en frente de la Catedral veremos el ayuntamiento. Aquí tenemos que comentar una de las características de las edificaciones de la Old Town. Desde donde estamos parece un edificio de apenas cinco plantas, pero realmente tiene once si lo viésemos desde el norte. La razón está en que en estas viviendas residían gente de distintas clases sociales, los más ricos ocupaban las plantas superiores y entraban por la fachada principal, mientras que los pobres residían en los pisos más bajos y entraban por la parte de atrás, accediendo a través de unos estrechos callejones llamados ‘closes’. Hay muchos a lo largo de esta calle, por ejemplo Old Fishmarket Close, Mary King’s Close, Borthwick’s Close,.. Estos callejones normalmente terminaban en unas plazoletas que se denominan ‘court’, por ejemplo el Writer’s Court donde se encuentra el museo de los escritores. Existen tours nocturnos para recrear el pasado de estos callejones, alguno de ellos el de los fantasmas o el de Harry Potter, no hay que olvidar que algunas de las escenas de esta serie de películas y libros se rodaron en estos lugares.

Volviendo a la Royal Mile y dirigiéndonos al oeste, bajando por uno de estos closes llegaremos a Victoria Street, una calle en curva con dos niveles y fachadas de colores, tiendas, restaurantes, pubs,… Allí se encuentra el típico restaurante Oink , un establecimiento que ofrece cerdo asado en bocadillos con diversas salsas, yo probé la de manzana, pero que hay que degustar de pie en la calle, no esta mal para quitarnos el hambre. Bajando por esta calle llegaremos a Grassmarket, una plaza donde se realizaban ejecuciones y que es famosa por dos establecimientos The last Drop, El último Trago que rememora la costumbre de ofrecer un trago a los condenados antes de ser colgados, y Maggy Dickson`s en memoria de una rea que sobrevivió a la horca. Desde este lugar dirigiéndonos al sureste llegaremos a un cruce en el que está la estatua del perro Booby, es costumbre tocar su nariz, el sorprendente Museo Nacional de Escocia de entrada gratuita, donde se encuentra la oveja Dolly, y el cementerio de Greyfriars Kirk. Este camposanto también fue escenario de la serie de Potter y en él se encuentra el panteón del famoso y odiado Mackenzie quien fue el director fiscal de toda Escocia en el siglo XVII. Su principal tarea era condenar a los covenantes (integrantes de un movimiento religioso nacido en Escocia) que hubieran participado en el intento de revuelta contra el rey Carlos II. Mackenzie condenaba a todos los covenantes de Edimburgo, los encarcelaba en una prisión situada en el mismo cementerio de Greyfiars, y poco después los ejecutaba, ganándose el nombre de “sangriento Mackenzie” por la crueldad de las ejecuciones. Cuando murió en 1691 fue enterrado en este mismo cementerio. Cerca de donde se encontraba la cárcel podemos encontrar su mausoleo. (Buscar su historia en internet).

Victoria Street.

Bobby.

Cementerio de Greyfriars.

Volveremos a Victoria Street y desde allí a la Royal Mile para dirigirnos hacía el Castillo de Edimburgo. En este caso la visita no es gratuita, es conveniente adquirir un PASE HISTORIC SCOTLAND que nos permite visitar distintos monumentos en toda Escocia por un precio más que asequible, ojo recomiendan planificar las visitas y hacer una reserva previa. El castillo está muy bien conservado, tiene varias exposiciones de tema militar y de historia del Reino Unido, desde sus almenas se tienen unas vistas espectaculares de la ciudad y sus alrededores. Se necesitan unas dos horas para hacer una visita sin demasiada profundidad. Es famosa la salva de cañón que se dispara a las trece horas todos los días.

Explanada Castillo de Edimburgo.

Vista desde la entrada al Castillo de Edimburgo.

Vista de la ciudad desde el castillo.

No es extraño encontrarse con una boda en el recinto, con el novio y los invitados luciendo el kilt, falda típica con los cuadros de su clan, y un gaitero amenizando la velada. Una vez visitado el castillo, cosa que recomiendo, podemos bajar dirigiéndonos hacia el este y recorrer la milla escocesa hasta llegar al Palacio de Holyrood, que no se puede visitar, pero que tiene al lado la abadía de Holyroot y los edificios del Parlamento de Escocia. En el camino encontraremos edificios, casas, pubs,… representativos de la historia de esta ciudad. Itinerario 2. New Town, Calton Hill, Princess Street,… Al norte de la Old Town encontramos la ampliación de la ciudad que denominan New Town, podemos partir del Hotel Balmoral, con su torre del reloj, dirigiendonos primero hacia el este para subir a la colina de Calton Hill. La pendiente es fácil y merece la pena por las vistas de las que disfrutaremos, en la cima hay diversos monumentos: el Monumento Nacional de Escocia, una imitación del Partenón griego, el monumento a Nelson, a los parlamentarios escoceses,… y distintos lugares desde los que deleitarnos de la ciudad, el castillo, la catedral, los edificios, el parque de Princess Stret.

Calton Hill.

Calton Hill.

Vista desde Caston Hill.

Bajamos de la colina y comenzamos a caminar de este a oeste por Princess Street, una calle llena de comercios donde se pueden comprar suvenires, whisky, ropa,… Pero lo primero que nos llama la atención es el monumento victoriano en honor a Walter Scott, para mi parecer algo horrible pero que tiene la virtud de estar dedicado a un escritor. A la izquierda y paralelo a Princess Street está el parque del mismo nombre, del que hay que disfrutar y realizar alguna que otra foto.

Vista del castillo desde Princess Street.

Monumento a Walter Scott.

Fuente Ross. Parque de Princess St.

Podemos perdernos por las calles del New Town, por ejemplo la plaza de St. Andrew, y las vías que están más al norte. Nos sorprenderá encontrar un gran parque llamado Queen Garden, que por cierto es privado y no permite las visitas. Y si queréis comprar moda y otras cosas podéis dirigiros al gran centro comercial St James Center. Bueno, llegada la noche no hay que dejar de asistir a un pub con música en directo. Son múltiples los establecimientos, la costumbre es ir a la barra pedir a bebida, una pinta de cerveza por un módico precio de siete libras o más, y esperar a que comience el espectáculo. Lo hemos hecho en dos días, pero queda mucho por ver. Excursión a Stirling Son muchas las ofertas para realizar viajes por Escocia con guía español, los precios oscilan entre las treinta y las setenta libras en función de la duración de la visita y de los lugares que visitar. Sin embargo, hay alternativas para realizarlo por nuestra cuenta, bien alquilando un coche y correr el riesgo de conducir por la izquierda, o utilizar el transporte público. Por ejemplo, para visitar Stirling o Glasgow se puede ir en tren. Nosotros lo hicimos para conocer Stirling y su famoso y bien cuidado castillo, se pueden adquirir los billetes en la misma estación o por internet, y si se puede elegir horario ‘Off-Peak’ nos costará mucho más barato. El viaje dura unos cincuenta minutos y la estación está en el mismo pueblo, desde allí puede comenzar nuestra visita, por una típica villa escocesa, aunque en este caso nos encontramos con muchos establecimientos turísticos. Caminar por sus calles es como ver una Edimburgo en pequeño, el color de las fachadas sigue siendo marrón o grisáceo y como diríamos en España necesitado de un buen blanqueo. Subir a pie al castillo es un buen ejercicio, las cuestas son empinadas pero no es mucha la distancia a recorrer. Al llegar vemos una explanada utilizada como aparcamientos y la silueta del castillo, ya es posible mirar los alrededores y comprender porque se construyó en esa posición. Con nuestro pase de Historic Scotland podemos pasar sin problemas, y aquí comienza la visita de sus múltiples edificaciones, como siempre las murallas con grandes cañones de color negro entre las almenas, el patio o los patios de armas con alguna escultura de un famoso militar del colonialismos británico en la India, y varias exposiciones de las virtudes de los militares escoces en todas las misiones que durante siglos han hecho bajo la bandera británica. Es contradictoria la historia de esta tierra, llena de luchas contra el dominador británico, pero al servicio de la corona durante varios siglos.

Castillo de Stirling.

Ballengeich Cemetery, desde las murallas de Stirling.

Panadería del Castillo.

En nuestra visita que puede durar dos o más horas podremos ver desde las habitaciones de los reyes con sus chimeneas y camas señoriales, a las cocinas donde figurantes de cera trabajan con carnes, pescados, harinas,… en este caso hay dos cocinas. También podemos ver un museo de la guerra, y un edificio religioso que en cierto modo rompe con el resto del castillo. Desde las murallas o desde alguno de sus torreones podemos ver el llamado “Nudo del Rey” y al lado el “Nudo de la Reina”. Se trata de un parque diseñado para el rey Carlos I en el año 1627 por el arquitecto escocés James Watt, básicamente un recinto rectangular amurallado, flanqueado por árboles y en cuyo centro se encuentra un montículo octogonal (supuestamente este es el nudo) donde se situaba el rey durante el festejo a celebrar. Otras excursiones: Lago Ness, St. Andrew, Muralla de Antonio,….